Las pequeñas averías del corazón que llamamos penas a veces son cucarachas. Bichejos infectos que denotan suciedad y desorden. Abandono. Este tipo de desajuste acepta el método de enterrarlas bajo montañas de trabajo. Aunque no es muy efectivo poque acaban saliendo por debajo. Fortalecidas y gordas de tanto comer papel.
Otras son leones. Te los encuentras a la puerta de la casa, al sol. Haciéndose los amos, relamiéndose. O te rugen a media noche en lo mejor del sueño y te ponen a temblar.
No es lo mismo, está claro. Las cucarachas son inofensivas, anodinas y aburridas. La vida con los leones, en cambio, es apasionante (la muerte también).
No es lo mismo ir por el pasillo de tu casa con un espray que con un rifle del calibre 45 y mira telescópica. No tiene nada que ver.
Hace mucho que no veo leones en esta casa, y pronto guardaré el rifle, Las cucarachas son -por discretas- más imprevisibles. Así que dejaré a mano el pulverizador. Y el sombrero, que me da un aire Indiana Jones.
ja ja ja
Así que lo que estoy haciendo es alimentar a las cucarachas con toneladas de papel?
Yo que pensaba que ya me había librado para siempre de ellas…
Por otro lado amigo Jones, a parte del asco y repulsión que producen en ciertas personas, las cucarachas son muy útiles, comen todo tipo de restos en el hogar, desde crema dentífrica a trozos de uñas. S
Así la “señora de la limpieza” no tiene tanto trabajo.
Más peligrosas aún son las leonas.
Ojo.