2,40
No es fácil explicar el placer que se siento a las 2,40 de la mañana a alguien que no es noctámbulo. La certeza de que no va a sonar el teléfono, que en las próximas horas nadie espera nada de mí… el silencio. Es tanta la sensación de libertad que casi podría llamarlo libertinaje. MeLeer más sobre 2,40[…]