Salí de casa, fui al mercado.
Compré sólo una cebolla, pero una buena cebolla.
Volví y empecé a picarla. Bien finito.
Mucho antes de la hora de la cena.
Meticulosamente.
Y así pude llorar a mis anchas.
Y además echarle la culpa a alguien.
Por supuesto,
a la cebolla.
¿Qué es a7manos? La imagen es de Jesús Herrero
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Menudo cebollón…
Buena foto.
Me has hecho pensar, creo que es lo que pretendías, en la soledad y en el tiempo. La vida es como una cebolla a la que hay que irla quitado la piel a poquitos, a tiras, a jirones. A veces pica y lloras y a veces no. Si la cebolla bien cocinada y con cariño es dulce!!!.
FOTACA; me encanta