A lo que salga

2016-01-02 12.01.33Escribo sin modelo, a lo que salga.
Escribo de memoria, de repente.
Escibo sobre mí, sobre la gente.
Como un trágico juego sin cartas, solitario,
barajo los colores, los amores,
las urbanas personas. las violentas palabras…
Y en vez de echarme al odio, o a la calle, escribo a lo que salga.
G. Fuertes

Esta mañana había quedado con una mujer para hablar de trabajo. Cuando se ha ido me ha dejado un libro de poesía. De regalo. Me he quedado pensando en la suerte que tengo. Por todo, pero, hoy en concreto, creo que tengo suerte de tener un trabajo en el que, de vez en cuando, se me cruza la poesía.

A veces resuenan en uno ciertas miradas, ciertos roces. A veces resuenan las palabras. Y la sensación no es muy diferente con las miradas, los roces o las palabras: resonar. Vibrar a la vez. Es que «conmover» me resulta muy de serie televisiva o de anuncio. Prefiero «resonar».

«Escribo a lo que salga, en vez de echarme al odio o a la calle».

Gracias.

(a2manos Reedición)

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6 comentarios sobre “A lo que salga

  1. Leo, de repente, y esto me «resuena» a algo que ya había leído antes…

  2. Esto es para ti, que lo vives cada día

    Sale caro, señores, ser poeta.
    La gente va y se acuesta tan tranquila
    −que después del trabajo da buen sueño−.
    Trabajo como esclavo llego a casa,
    me siento ante la mesa sin cocina,
    me pongo a meditar lo que sucede.
    La duda me acribilla todo espanta;
    comienzo a ser comida por las sombras
    las horas se me pasan sin bostezo
    el dormir se me asusta se me huye
    −escribiendo me da la madrugada−.
    Y luego los amigos me organizan recitales,
    a los que acudo y leo como tonta,
    y la gente no sabe de esto nada.
    Que me dejo la linfa en lo que escribo,
    me caigo de la rama de la rima
    asalto las trincheras de la angustia
    que nombran su héroe los fantasmas,
    me cuesta respirar cuando termino.
    Sale caro señores ser poeta.

  3. Conocí a Gloria Fuertes ingresada en una habitación de un cutre hospital público madrileño donde entonces trabajaba. Cuando entrabas en su habitación, que olía a tabaco, era difícil abstraerse de su personalidad y actuar como un profesional. Cuando hablaba con aquella voz ronca, tan personal, ya estabas perdido, eras todo suyo.
    Hoy leo este bonito post y resuena en mí, las sensaciones que dejó.
    Y eso que cuando la vi por priemra vez sólo podía recordar aquello de «el perro ladra, el gato maúlla y la araña calla porque es una capulla».

  4. Huecoteca, dicese del lugar donde antes estuvo algo importante y cuya falta provoca un hueco. Amigos, amantes, trabajos, sensaciones, olores, gustos, tactos…
    Me encanta iguazzu

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