Me invitaron a una jam session, ya sabes, una de esas reuniones de músicos de jazz propensas a masturbaciones sucesivas, con forma de solos interminables, delante de un público que soporta a base de alcohol.

Yo no soy muy de hacer estas cosas en público pero… todo hay que probarlo.

Para mi sorpresa resultó ser una jam session pudorosa: los egos dilatados se dejaban en el guardarropa, los músicos se preocupaban de que la cosa fuera entretenida ¡¡no solo para ellos mismos!! se dejaba a los cantantes elegir el tono en el que querían cantar y si tu solo tenía más de dos coros te echaban miradas asesinas. Yo me lo pasé genial. Más que acto de onanismo aquello era bacanal, y ese género musical me ha interesado siempre más.

Además debí hacerlo medianamente bien porque me invitaron a ser la estrella de la Jam Tonic (así está bautizada esta jam session) al jueves siguiente (a lo mejor se les había caído otro del cartel y sólo les estaba sacando del apuro).

Me planté en mi segunda Jam Tonic en pleno barrio de Triana de Sevilla y para poner a prueba la iconoclastia de la banda en vez de un Standard del American Songbook elegí un Clásico de la Copla Española, ahí es ná, con un par.

Pensaba que me iban a mandar a freir espárragos pero aceptaron. Nos lo hicimos muy bonito, corté dos orejas y el rabo (en forma de tapas al terminar) y surgió una bonita amistad.

Lo siguiente es que estos tres musicazos (José Gómez, batería, Javi Repiso (guitarra) y Chema Tornero (Piano) me invitaron a grabar en el disco THE JAM TONIC e incluso a ser el single, ¡¡el primer corte!! Esto me llenó de orgullo y satisfacción y puso mi autoestima por las nubes durante aproximadamente 45 segundos. No preocuparse, que ya está en los niveles normales.

Y aquí está el resultado.Sólo para tus oídos y en exclusiva mundial.

¿A ver quién encuentra el guiño a Libertango de Piazzola?