Leo en algún sitio que lanzan un cohete desde la Tierra y consiguen que se acople a la Estación Espacial Internacional.
El cohete recorre 400 km y se acopla a la Estación que viaja a la nada despreciable velocidad de 28000 km/hora y lo hace con una precisión al ¡centímetro!
En el mismo instante que se consigue esa proeza dos calcetines que orbitan dentro del tambor de mi lavadora son incapaces de juntarse. No porque sean tontos, ni porque tengan pocas ganas de estar juntos, es que nadie se ha preocupado de dotarles de la tecnología necesaria para tan ridícula empresa. La disociación de calcetines ocurre también en el espacio tridimensional de la bolsa de la ropa sucia, y en el espacio lineal de la cuerda de tender. Si sumas estos tres espacios de entropía doméstica… catástrofe.
Y esto me hace preguntarme: ¿no está perdiendo el tiempo la NASA? Me atrevo a decir que el 99% de la población consideraría más interesante que se resolviera el problema de los calcetines que seguir invirtiendo inteligencia en la Estación Espacial.
A ver, a ver, puntualicemos, que no estoy defendiendo yo aquí que se interrumpan los programas espaciales definitivamente, pero no podrían dedicar un par de semanas las agencias espaciales internacionales y sus muy especiales e internacionales mentes a resolvernos el inconveniente de los calcetines y luego seguir a lo suyo.
La humanidad entera se lo agradecería, estoy seguro.