Siempre queda un viaje por hacer,
besarte en un espejo,
pasear bajo la lluvia sin paraguas,
esconderme con un libro en ningún sitio,
tomar una caña y un verano,
dormir despierto y no soñarme,
cazar un instante con los dedos,
leer un cuento a Paola,
fingir que soy quien soy,
dejar la sombra con resaca,
tragar un lunes descosido,
esperar un gol en el último segundo,
asaltar el banco del olvido.
Siempre queda algo por hacer:
prender fuego a la miseria
y fumar sus cenizas.
La vida… Es una buena idea.
(«La vie… C’est une bonne idée«.- Óscar Santos Payán, Infierno sostenido)