Nos pasamos la vida resistiéndonos a lo efímero. Qué cabezotas somos, por qué nos empeñamos en consolidar momentos, intentar perpetuar felicidades. Por qué embalsamamos las relaciones para que duren… toda la vida.
Pero ella, la vida, es una fanática de lo efímero, milita en las filas de lo efímero. Su séquito es de dudas, no de verdades absolutas.
La realidad, lo que llamamos realidad, no es una globalidad sino un montón de pequeñas partes. La realidad son impulsos eléctricos y químicos entre nuestras neuronas, nada más que eso La realidad sólo existe mientras la pensamos, la sentimos o la recordamos. Esto se demuestra con una sencilla prueba: duérmete y verás cómo la realidad se va apagando. Hasta que despiertes.
En cambio las personas nos ponemos muy pesadas y muy trascendentes hablando de pasado, de presente, de futuro… Escuchas a los tertulianos de distinto pelaje y parece como si hubiera muchas cosas realmente importantes y sólidas. No, no las hay. Pero ellos dicen lo que nosotros queremos escuchar, para eso les pagan.
La línea que separa el principio del fin, el aburrimiento de la diversión, la muerte de la vida, la idiotez de la sabiduría, la verdad de la mentira, la oscuridad de la luz, el irme del quedarme, el amor de la nada… es tan fina como la piel de una pompa de jabón.
Pensar estas cosas causa desazón a mucha gente. «No quiero escucharte ¡Pero si yo me desvivo por mi plan de pensiones!».
Lo único esencial es este instante.
Daría todo mi patrimonio y hacienda por la piel de una pompa de jabón.
Por la mentira húmeda escondida en un beso, por la vibración de unas notas flotando en el aire, por los electrones que desprenden ciertas pieles al tocarlas, por esa mirada, por poder llenar mis pulmones con ese paisaje…
Huele a tierra mojada, Madrid se ha puesto la camisa estampada de ocres, granates, grises y verdes. He desayunado colacao con digestives, suena de fondo I can´t stop loving you de Ray Charles. Si esto no es plenitud ya me contarás tú qué es.
BeSo se llama Sonia Córdoba Bernabeu, vivo en San José, Almería y la ventana que tengo frente al mar es muy triste. Todos los días veo como la guardia civil resacta pateras¿Este Blog puede hacer algo?Muchas pompas de esperanza a todos.
«La línea que separa el principio del fin, el aburrimiento de la diversión, la muerte de la vida, la idiotez de la sabiduría, la verdad de la mentira, la oscuridad de la luz, el irme del quedarme, el amor de la nada… es tan fina como la piel de una pompa de jabón.»
Cierto. Ese milimétrico espesor es el que contiene todo lo que le da sentido a nuestra vida. Lo que cuenta no es el irte, o el quedarte, la idiotez o la sabiduría, sinó lo que te lleva a ello, a través de la piel de la pompa.