Este tipo tiene una manera muy peculiar de acceder a su coche y se llama Jesús Herrero.
Conocí a Jesús Herrero en 1999, recuerdo el año porque fue después de terminar la grabación de El Tonto que te Mira. Vino con su grupo a hacer unas maquetas.
La primera palabra que me viene a la cabeza si quiero definir a Jesús Herrero es: gentleman. Jesús es un gentleman en el más estricto sentido de la palabra, y un gentleman no se caracteriza por la vestimenta, la manera de coger el tenedor o un conocimiento erudito en el ámbito de las ginebras, como muchos creen. Un gentleman puede ir de chaqué o de chupa de cuero, tomar tinto de verano o gastar chancletas si le da la gana y sigue siendo un gentleman. Son dos las cualidades imprescindibles para ser un dandi genuino: la discreción y el sentido del humor, este último, a ser posible, con alta concentración de ironía. El estilo y el buen gusto, se dan por descontados.
Cuando conocí a Jesús Herrero vi un bajista (discreción) pero me reí un montón con sus ocurrencias (sentido del humor) y la manera sutil de gestionar los egos desordenados de sus compañeros de aventura musical (estilo). Eso fue durante la grabación de unas maquetas. He pasado muchas horas metido en un estudio y os aseguro que se aprende más de las personas cuando estás encerrado con ellas en una cabina insonorizada durante tres días que en cinco años de psicología. Los músicos somos raros, pero los que acompañaban a Jesús Herrero en aquella ocasión eran para echarles de comer aparte, tufillo a diván, y él, ahí, tan tranquilo, como un señor. Yo le miraba y pensaba ¿este tipo se estará dando cuenta de que uno desafina, el otro tiene un sentido sui géneris del ritmo y la letra es…? (discreción) Por supuesto que se daba cuenta. Y le veía reírse relajado como un entomólogo que sabe que los escarabajos peloteros no pican (sentido del humor).
En estos años hemos compartido alguna jam session, alguna fiesta y muchos bares. Yo sabía que trabajaba en diseño gráfico pero no fue hasta hace muy poco que me enteré de que Jesús era fotógrafo, y de los buenos. Que no son los mismos que se tiran el rollo (discreción). Es más, los buenos fotógrafos casi nunca se tiran el rollo. Y me lo descubrió mi hija, por casualidad, ¿De quién son esas fotos? —pregunté. ¿De quién van a ser? de Jesús —contestó. Me quedé fascinado con su trabajo, con su mirar elegante y pleno de sentido del humor (el propio de un gentleman)
En ese momento la bandada de pájaros que anunciaban a7manos estaban revoloteando en mi cabeza y le invité al momento a formar parte del proyecto. «Pero no quiero ser el primero» —dijo (discreción).
Gracias por aceptar, Jesús, eres el segundo.
Ver trabajos de Jesús Herrero.
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