De Dios y las lagartijas
Los humanos somos unos bichitos muy presuntuosos. Con mucha retórica, mucha labia, encantados de habernos conocido y situarnos a nosotros mismos en todas las cúspides de todas las pirámides posibles. Pero al final somos carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno, como las lagartijas. Dios debe ser ateo, como yo. Es lógico que sea así. Porque, siLeer más sobre De Dios y las lagartijas[…]