Tengo un amigo que siempre criticaba la comida de los aviones. «Es que es un verdadero asco», decía. Él viajaba mucho porque trabajaba para una agencia de Naciones Unidas, algo de cooperación.
Cuando quedábamos, yo siempre le preguntaba por sus viajes, porque me encanta viajar y me encantan los aviones. No sólo viajar en ellos, también hablar de ellos, mirar como despegan o aterrizan, incluso observarlos estacionados.
Yo no era capaz de reconocer que a mí me gustaba la comida de los aviones, tan apañadita, tan mona, como de picnic de Barbie. «Lo peor de esos trastos es la comida créeme. Yo preferiría que no diesen nada», insistía mi amigo.
Nuestras charlas se interrumpieron durante dos meses debido a una crisis humanitaria. Llaman así a que cientos de miles de personas palmen de hambre, guerra o SIDA: crisis humanitaria. A mi amigo le encargaron desplazarse urgentemente porque había muchas víctimas y había muchos periodistas. Quizá si hubiera concurrido uno solo de los gremios no habría sido la cosa tan urgente, pero los dos juntos hacían la situación muy delicada.
Resultó que un cámara de televisión, un reportero aguerrido y él, mi amigo, subieron a un avión de esos que lanzan víveres con paracaídas allí donde no llegan los camiones. Cuando ya habían aterrizado, antes de despedirse, el periodista le preguntó si pensaba que la gente se comería eso que tiraban. Él dijo que sí, que por supuesto, que tenía muchas vitaminas, nutrientes y que… ademãs, estaba muy rico. Mala suerte, estaban cerca de una caja abierta y el cámara se puso a grabar, para un importante informativo, el periodista malicioso abrió una de aquellas raciones, una lata en la que figuraba el nombre «ternera con verduras» y se dispuso a compartirla con mi amigo. Consciente de que a veces una Canon apuntándote es más persuasiva que un Kalashnikov mi amigo comió.
Hace poco, tomando una caña en Santa Ana, me sorprendió que mi amigo dijera que la comida en los aviones había mejorado mucho ultimamente.
Ingenuo le pregunté: ¿a cuál te refieres a la que arrojan los soldados o a la que reparten las azafatas?
¿Qué es a7manos? La imagen es de Aris Wells
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Yo siempre relacione la comida de aviones con viajar y vacaciones asi que la comida de aviones me parecia divertida. Ha pasado mucho tiempo desde mi último vuelo y aunque uno se pase de vez en cuando de gourmet insoportable hay que apreciar lo que a veces te ponen. Aún recuerdo una cena en un vuelo con Thai airlines. Imprezionante de buena! El mundo es injusto, y tu amigo seguro que hace un trabajo esquisito, aunque la comida no lo sea. Me gusta este anecdota porque hace referencia a muchas cosas que ignoramos con demasiada facilidad.
Una auténtica perla sacada del pasado.
Cuentan de un sabio que un día….