Algunos pájaros se atreven a cantar al alba.
Empiezan a enternecerse los requiebros de mi parra.
Se nota que madruga más el Sol.
Aunque las nubes sigan enfadadas, intuyo que la primavera se acerca.
Discreta, lenta y elegantemente.
Anoche soñé que amanecía. Que se acababa la noche. Que la habitación se llenaba de almendros en flor como los de aquella novela japonesa que tanto te gustaba. Que llegaba el tiempo de las fresas y el yogur. Abiertas las ventanas, el mar en calma. Soñé leves gasas blancas velando tus senos níveos. Soñé que bailabas. Soñé que venías, soñé que estabas. Que estallaba la luz en tu boca como se nos derrama el agua si nos hacen reír mientras bebemos.
Anoche,
más o menos, anoche
envidio tus sueños.