La hamaca
Estaba de un humor de perros (pido perdón a los perros), refunfuñando yo solo y haciendo las cosas muy serio. Había rechazado una invitación para ir al cine porque, cuando estoy de mal humor, muerdo y, qué carajo, nadie tiene la culpa. Así que estaba de león enjaulado y de domador a la vez. Vaya mierda de noche.