En los días aciagos de Londres -ya menos- se producen momentos de esos que uno guardará en la memoria el resto de su vida.
Cuando era pequeño, en Argentina jugaba con mi hermano a una cosa bastante estúpida que le he enseñado a mis hijas y les hace mucha gracia. Se le señalaba -ya sé que está mal señalar- a cualquier persona el pecho, se le decía que tenía algo y cuando bajaba la vista se subía la mano y se decía: «Chincha, poroto».
Hete aquí que a C. le va la marcha y lo hace en su cole. En Londres. Mira a sus coleguitas de patio y les dice: «You have a spider in your t-shirt», cuenta sonriendo. ¿Cómo traduce el resto? Sencillo: «Chinchau, pouroutouuuu… Es que lo digo en inglés«.
Uma B. estuvo muy fina, efectivamente a la mano que escribe -llevada de la emoción del momento- se le escapó el nombre. Pero lo escondimos a toda prisa detrás de la inicial. Efectiviwonder usuario anónimo, ambas manos tienen una C. entre sus tesoros.
uma b. la Manoquescribe también tiene un tesoro que se llama C.
En mi cole había un juego parecido con las chicas de los últimos cursos. Se les decía «te pinto una raya» y a la vez se les pasaba el dedo por el pecho. Entonces cuando ellas se enfadaban por haberles tocado sus incipientes tetitas sin permiso, se rectificaba diciendo «vale, vale, te la borro» y con la otra mano bien abierta se las magreaban simulando borrar la linea que se había pintado.
Se te ha escapado el nombre de C.
Chincha…