Yo sé que existo
porque tú me imaginas.
Soy alto porque tú me crees alto,
y limpio porque tú me miras
con buenos ojos, con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace inteligente,
y en tu sencilla ternura,
yo soy también sencillo y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie lo sepa.
Verán viva mi carne,
pero será otro hombre-oscuro, torpe, malo-
el que la habita…
A. González