Da pena irse a la cama con una luna tan hermosa.
Lo pienso mientras levanto un culín de vino.
Contemplándola.
…..–Me quedaría toda la noche mirándote. Y echándote piropos.
La muy descarada baja y se baña en mi vaso.
Vuelve a subir.
La miro.
Apuro lo que me queda.
Me sabe a ella.
Levanto la vista y ahora ya no es una luna blanca, es una luna roja.
Me gustan los mensajes en una botella.
Me gusta buscar. Hoy me gusta encontrar.
que cáncer que eres amigo!
a mi la luna también me «sulibella» con sus hermosos «perjúmes».
Estos días está que se sale!
Buen 7 señor!