Repaso tu colección de bikinis. Otra prueba más de que te has ido. Decías que sólo sabía escribir canciones tristes. Es verdad. Excepto aquellas que dibujaba en tu espalda. Ay, tu espalda. No hacían falta letras, ni lápiz, para escribir las canciones más alegres en tu espalda.
Repaso tu colección de bikinis. Otra prueba más de que te echo de menos. En el cajón de arriba del aparador. Ya no hay más veranos desde que te has ido. Al menos para mí.
Repaso tu colección de bikinis. Y elijo uno de rayas horizontales que tú decías que te hacía un poco gorda. En rosa y gris. Precisamente en rosa y gris. El color del romanticismo y el del olvido. Porque el olvido, de todos es sabido, siempre ha sido gris.
Repaso tu colección de bikinis. Hoy. Mientras suena una canciónd e los Stones. Te llevaste todo: los libros, los cedés, ¿Por qué dejaste justo esto?