Conocí a Luis Benolier hace un año y pico.
Coincidimos en la calle del Santo Cristo de las Ideas Desordenadas. a la puerta de la iglesia de Nuestra Señora de la Pasión Acuciante. Estaba él pidiendo para una cámara nueva, yo iba a rogar por unos gramos de paciencia. Luego nos tomamos unas cañas. Él vegetarianas, yo no.
Lo que más me gusta de Luis es su sonrisa. Su buen humor se extiende dondequiera que vaya, trabajando, cocinando o charlando, inventando. Es una de esas sonrisas que indican que el portador se lleva bien con la vida, y tiene el detalle de compartirlo con los demás.
Cuando estás con Luis Benolier, hablando de arte o practicándolo, sabes que viene de otro planeta, sabes que nunca vas a poder predecir por dónde te va a salir. Luis Benolier tiene varios paisajes dentro y los pasea cuando le da la gana. Algunos son oníricos, otros tangibles, algunos terrestres, otros submarinos, unos orientales, otros occidentales, todos sensuales.
Curvas: Yo había leído que la Canon era buena para captar la luz pero no sabía que podía atrapar tanta lujuria, lujuria sutil, elegante… pero lujuria genuina, miren si no sus fotos de moda. Saca a las modelos vestidas pero apostaría a que cuando mira a través del visor las ve desnudas.
Rectas: Luego están sus fotos de arquitectura, Luis Benolier ha sido el fotógrafo de REM Diseño durante muchos años, todavía colabora con ellos. Aquí se trata de vestir, de añadir esa vida que las líneas rectas no tienen: ropa interior, vida interior. Chicas, edificios… qué más da.
Señoras y señores, aquí, cerrando la primera serie de a7manos: Luis Benolier, un fotógrafo de líneas curvas y líneas rectas.