Estoy escribiendo en la cama.
Tú duermes.
Hace mucho calor esta primera noche del verano.
Es por eso que has apartado la colcha de una patada. Es por eso que estás dormida, entre otras razones.
Tú boca abajo. Yo boca arriba. Medio sentado. Mejor para escribir.
Suena tu respiración pausada. Suena la punta de mi pluma contra el papel. Suena en tu dormir el ritmo de los sueños. Suena en mi escribir el compás de los desvelos.
Te miro en un receso.
Tienes los pies sucios de andar descalza por la casa. Algunos moratones en las piernas blancas, que no recuerdas cómo te has hecho. Tu espalda salpicada de lunares, como si te hubieran llovido gotas de chocolate mientras tomabas el sol. ¿Cómo será un arco iris de chocolate? Me gustaría unis esos puntos y ver si sale un mapa de un tesoro, una caricatura o alguna palabra.
Pero no puedo.
Porque no están numerados.