Hoy he ido con mi hija a ver a mi madre. Me he dado cuenta de que nunca había ido precisamente el día de los Santos.
No he llevado flores porque sabía que tendría de sobra y que no habría hueco. Como reside en un tercero tiene sólo los dos vasos de los lados. Y siempre están llenos.
He ido a la hora de comer para evitar aglomeraciones. He respirado hondo para no llorar.
Se vive peor sin madre.
Porque el tiempo la ha ido despojando de defectos, de todos los defectos. Cómo decirlo… hace diecisiete años que yo no discuto con mi madre. No me da ninguna razón para enfadarme, ni me critica, ni se enfrenta, ni se inmiscuye… así que sólo puedo quererla. Quererla sin peros: absolutamente. Queriendo ciegamente a alguien que vive en un tercero, que nunca se levanta cuando llegas, que no te contesta, que no te riñe ni te abraza… se vive peor.
No lo he pensado mientras respiraba hondo, en su presencia y en la de mi hija. Ni tampoco cuando me he despedido tocando levemente el cristal que mi hermana y mi padre mantienen limpio. Lo hago ahora que nadie me ve y que puedo llorar bien a gusto.
Te echo de menos, mamá.
Joder, qué mierda, parezco Marco.
Hace tiempo que os leo, me habeis echo reir, pensar e infinidad de cosas mas, jamas os deje un comentario, pero hoy me he visto reflejada en vuestras palabras, gracias.
tote
Cenicienta, el tío al que te refieres se llamaba Buck. Bud es el de la cerveza, Bud Weiser. 🙂
sobraba lo de «mierda»… Marco
Alucinante esa capacidad tuya de exprimir los sentimientos con ternura e ironia sin caer en la cursilería ni el cinismo. A nuestro amigo Wolf le vendría bien leerlo y el tio Bud sonreiría si lo hiciera. Cuantro sonrie, mientras podais pensarles así, no se han ido.
Un golpe bajo.
Entras buscando una sonrisa y sales peor.
Todos tenemos a alguien que se ha ido.
y luego dicen que el tiempo lo cura todo… y una puta mierda, los afectos de verdad, a los que los sienten de verdad duran todo lo que uno les deja que permanezcan en el corazón. Enhorabuena por tener afectos de verdad.